miércoles, 9 de enero de 2013

La chiva no quiere salir.


Sal de ahí, chivita, chivita
Sal de ahí de ese lugar

Hay que llamar al psiquiatra
Para que saque a la chiva
El psiquiatra no puede sacar a la chiva
La chiva no quiere salir de ahí

Sal de ahí, chivita, chivita
Sal de ahí de ese lugar

Hay que llamar al remedio
Para darle al psiquiarta
El remedio no quiere llamar al psiquiatra
El psiquiatra no puede sacar a la chiva
La chiva no quiere salir de ahí

Sal de ahí, chivita, chivita
Sal de ahí de ese lugar

Hay que llamar al acompañante
Para darle el remedio
El acompañante no quiere darle el remedio
El remedio no quiere llamar al psiquiatra
El psiquiatra no puede sacar a la chiva
La chiva no quiere salir de ahí

Sal de ahí, chivita, chivita
Sal de ahí de ese lugar

¿Y si dejás de llamarla si no quiere salir? Así no te ponés chivo, digo nomás.


Corrupción: Antipolítica

Reconociéndome uno de los que se enojan con ciertos comentarios de quienes no apoyan al Gobierno Nacional, decidí desde hace algunos meses, retomar el dialogo con personas con las que no hablo hace tiempo. Con la voluntad de escucharlas. De preguntarles qué piensan, para poder entender de qué sostienen lo que dicen. Tuve la suerte de que en Hamartia tuvieran ganas de lo mismo y me posibilitaron organizar debates, con opositores que estuvieran dispuestos a poner en duda lo que pensaban. Reconocer la contradicción no está bien visto, aunque algunos lo valoramos. Entonces fui por ahí, por la vía de las contradicciones y le pregunté a una persona a la que quiero mucho, psicoanalista ella, cómo podía hablar de que se había instalado la intolerancia absoluta, cuando ella tuvo que ir a una universidad privada porque estaba cerrada Psicología en la UBA. Entonces uno se pregunta ¿Cómo puede ser que algunos hablen de intolerancia absoluta?

Entonces la intolerancia es que la Presidenta le contestó a Darín, que no lo comparto, no por lo que le dijo, sino porque haya elegido a Darín para decirlo. Me pareció que la referencia a hacer negocios con autos importados, era un tiro por elevación. Pero debemos reconocer que el caso de Darín, también es otra muestra del accionar de la justicia. ¿O presentó el actor el fallo contradiciendo la palabra de la Presidenta? No se quedó ahí, sino que fue por la transparencia en la política, lo que es un reclamo del sector opositor que considero que será atendido, pero les pediría también que atiendan. Porque cuando se habla de corrupción, siempre se pone el ojo en el que cobra, pero no en el que paga. La Real Academia Española define la corrupción: "En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores." ¿Por qué pone el acento en lo público? ¿No hay siempre un privado, en el acto corrupto, que se beneficia?

La corrupción en el discurso

Entre las peores cosas que nos dejó el neoliberalismo está la corrupción en el discurso. Es cierto que la corrupción hace daño, de ahí el poder que el discurso le da, pero más daño hace que los que quieren hablar de corrupción no quieren hablar de política. En el discurso de la antipolítica, la corrupción ocupa un lugar central. Al menemismo los medios le cuestionaban la corrupción, no el modelo económico, de ese modo, mientras concentraban la atención de la audiencia en el enriquecimiento de los funcionarios, se la distraía de la destrucción del Estado, que era la razón de esas riquezas y no las prácticas corruptas. Los medios lograron poner en el gobierno una alianza política que llegó al gobierno con el discurso anti corrupción, traduciendo reducción de sueldos por austeridad, y construyendo la ilusión de que un partido sin alianzas con los viejos aparatos políticos, garantizaría gobernabilidad. Afortunadamente duró lo que sabemos, sino serían miles más los muertos. El discurso de la corrupción ha sido el mascaron de proa del destructor de la antipolítica.

Los noventa empezaron con la Ley de Reforma del Estado, que habilitó todas las privatizaciones, dándole a lo privado el manejo de lo público. Esa podría ser una de las maneras de definir a un medio monopólico de comunicación “un privado haciendo manejos con lo público.” No lo digo por los contenidos, sino de lo que se sirvió para hacerlos: Papel Prensa, la privatización de Canal 13, la destrucción de los cables del interior con el fútbol, la famosa plata de los jubilados, que tanto se preocupan por cuidar. El discurso con el que promovieron las privatizaciones decía que las empresas administrarían mejor los fondos, cuidarían “la plata de todos”, porque los privados cuidan su plata. Es cierto, su plata, no la de los demás. Dijeron que la invertirían, porque el Estado no invierte, gasta. El mismo discurso con el que la dictadura comenzó el desastre. La recompensa fue que todos los medios de comunicación salieron de la etapa neoliberal más grandes de lo que entraron.

Es de vital importancia para el capital financiero, que se hizo de las empresas privatizadas, contar con medios de comunicación que representen sus intereses, o que sean propios. Que muestren productos para comprar. Ahí tenemos la cantidad de usureros con créditos al instante y con la tasa de morosidad más baja del sistema financiero. Pero el sistema financiero vende. Sostiene que habla bien de un país que aumente su deuda, que es un signo de solvencia. ¿No era que uno se endeuda cuando gasta más de lo que recibe y por eso se mandaron el ajuste? El que pide deuda quiere la plata del otro.
El estado que no se meta en nuestros asuntos porque es privado,dicen algunos y tantos repiten, no tiene por qué ser público lo que hacemos, aún cuando es con manejos de lo público. El que tiene una deuda con el Estado, tiene una deuda con todos los ciudadanos que lo componen. ¿Qué tiene de malo saber quién nos debe impuestos? Son los mismos que piden políticas de transparencia, pero después no están de acuerdo con que los directores que representan al Estado en algunas empresas puedan leer los balances y acceso a la misma información que los demás accionistas. ¿Entienden que si el Estado es accionista es plata de todos y tiene que saber cómo la manejan? ¿Cómo es que hay empleados que apoyan a estas empresas? ¿O será que todos tenemos algo para ocultar y no nos hacemos cargo?

Negar la contradicción: la antipolítica

La corrupción tiene tanto valor en un único discurso, el de la antipolítica. Negar la contradicción de intereses entre uno y el otro. No asumir qué es lo que se prioriza, si lo público o lo privado. Si el bienestar de la mayoría o el bienestar propio. Y desde el 2003 a la fecha nos encontramos con un Estado que a través de la política, hace públicas las contradicciones, hace con ellas, con los que las sostienen, y avanza. Avanza sumando para que ese crecimiento se traduzca en recuperación y ampliación de derechos. No se puede negar que la ciudadanía tiene más derechos hoy que hace diez años. Eso se llama Estado de Bienestar, aunque no tengamos el poder adquisitivo de los cincuenta. ¿Eso no es pensar primero en el interés propio que el colectivo? ¿Podríamos tener un poder adquisitivo como el de aquellos años? Con el poder que tiene el capital financiero digo no. Aunque son los economistas quienes tienen la respuesta o los que entiendan de ello. Solo sé que sin financiamiento hoy no te comprás ni una casa ni un auto, nosotros, la mayoría. Y en nuestras familias algunos tenemos al que compró la casa o la hizo sin pedir prestado. Pero volviendo al Estado de Bienestar, el máximo estado de bienestar popular posible ¿Cómo se ataca a quienes buscan profundizarlo? Asociándolos al malestar. Asociar Estado a malestar. 

Buscan generar malestar en la población. De la tela de lo público, recortan formas que molesten, que no deberían repetirse, y las repiten todo el día. Reproducen en los medios formas que molestan. Que a algunos les molestan. Al lado de lo que sucedió entre el ´76  y el 2002 en la Argentina, Néstor y Cristina son la condesa inglesa. No los elegimos para estar ahí para vivir como ellos, ni para que se comporten como la minoría de la población, que tienen modales, y nosotros formas, sino para que la mayoría vivamos lo mejor posible. Entonces, la forma que no soporto, es la de los buenos modales, que uno con una cara de pelotudo bárbara y sin levantar la voz, creo que eso es lo peor, me meta un mega canje. O que con un carisma de la gran puta vendas el Estado como si fueran la herencia de la abuela, te quedaste con una casa en Olivos y te la pasás haciendo fiestas con tus amigos. Antes del ´83 es el horror y lo que siguió no me gusta, porque no me gusta la forma que no prioriza la memoria. Que cree que es mejor arreglar que ir hasta las últimas consecuencias o, al menos, recuperar lo que te sacaron. Les pido, lean la Constitución del ´49 y díganme que no los beneficia. A ustedes, que también son parte de la mayoría.

Los trapitos sucios se lavan en casa

La forma para el discurso de la antipolítica es privada, no pública. En público se debe mostrar una cosa y en privado otra. Recién en estos años se hicieron públicas situaciones que habían permanecido ocultas. ¿Cuántos le conocíamos la cara a Magnetto? ¿Cuántos sabíamos lo de Papel Prensa? ¿Lo de los hijos de Ernestina? Tengo una foto de mi abuelo con Graiver, mi abuelo fundó el sindicato de papeleros, y en mi casa de eso no se habló. Soy uno más de los que se avivó con este proceso. El discurso de la antipolítica sostiene que no hay derecho a meterse con lo que hace el privado, con sus formas de hacer las cosas,  pero como particulares se arrogan el derecho de pedirle a lo público que no hagan lo que ellos sí. Es maravilloso. O sino te acusan de hacer lo que ellos hacen. Como compran jueces, convengamos que esto no lo inventó Clarín, de ser amigo del comisario decía Martín Fierro, cuando la justicia falla a favor de lo público fue por presiones. Presiones políticas. Volviendo a lo del principio, pero sin extendernos, el poder judicial nace del vientre del poder económico. El bien supremo es la propiedad privada. Con lo mío hago lo que quiero. Madre de Dios, los efectos del discurso de la propiedad privada cómo se manifiestan en la violencia que padecen muchas mujeres y niños.
Entonces, resulta que se hace público que pagaron un bien del Estado por menos de la mitad de lo que vale, no lo terminaron de pagar, y se les dio en cómodas cuotas, pero el Estado no tiene derecho a recuperarlo. ¿Por qué si a mi viene el banco y me saca lo que no pagué, a ellos no? ¿Porque son los dueños de los bancos? Y los medios difunden esto como un ataque. Lo público atacando a lo privado. Si les respondés, los atacás. Si les respondés a los que repiten el discurso de los medios, sos un intolerante. ¿No es preciso el diálogo? Bueno, déjenos también a nosotros preguntar, por qué siempre tenemos que responder. ¿O va a hablar uno solo? ¿Quieren que responda? ¿Entonces por qué se quejan cada vez que lo hace? Piden investigar los bienes de Oyarbide, nos parece perfecto. ¿Pero por qué si pedimos también a la Corte estamos presionando? ¿Por que no lo hacemos para todos y nadie tiene coronita? ¿Se animan?







martes, 1 de enero de 2013