sábado, 2 de agosto de 2008

Por los locos bajitos

28/03/08

El derrame de miseria estaba por arriba de sus cabezas. Ellos unos locos bajitos, bajo la parte inferior de un camión. Juntaban en botellas de gaseosas y cartones de leche chocolatada, como podían, parte de los 27.000 litros de leche que un camión derramaba sobre el azfalto. ¡Qué miserables! ¡Qué canallas! ¿Cómo pueden ser tan hijos de puta de tirar tanto alimento?
Les enrostraron, a unos nenes, que les importa NADA su vida. Nosotros, para ellos, no valemos nada.
La angustia que me agarró al ver a esos nenes juntando con sus botellas leche, me llenó el pecho de dolor e indignación. Es por eso que escribo. Porque necesito la descarga y el eco.

Mientras pensaba en este texto, vino a mi cabeza la escena más bella que he visto en el cine. Es la primera de "Milagro en Milán": Un nene derrama un jarro con leche y su cara se llena de terror y espanto. Derramó un jarro con leche en plena post guerra. Llega su madre y comienza a poner a los costados de la leche volcada casitas de juguete, animales de granja y transforma la leche en un río. Hace del terror un juego. Y comienzan madre e hijo a saltar de un lado al otro del río.
Los nenes de hoy estaban solos. Eran ellos y no adultos los que juntaban su propio alimento.

¿Es eso una "manifestación pacífica"? Pocas veces en mi vida vi escenas tan violentas.
¿Llamará mañana la iglesia a pedirle a los señores del campo que tengan amor por el prójimo y que aunque sea la donen a CARITAS?

Cuando se llega a un nivel de perversión tan grande no podemos seguir mirando.

A todos aquellos que estén interesados en hacer algo para que las cosas cambien, los convoco para que nos juntemos y pensemos juntos qué podemos hacer.

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